El 27 de Febrero nos sacudió el terremoto más fuerte de nuestra historia. El movimiento telúrico se convirtió en menos de 24 horas en un Terremoto Social. La electricidad se fue de nuestras casas, los celulares enmudecieron, no había Internet, se cortó el agua, se vinieron los muros abajo, etc. El Estado colapsó, simplemente dejó de funcionar, la gente se encontró en total desamparo entre la ineficiencia de un gobierno saliente y los discursos demagógicos del un gobierno entrante.
El desamparo de la gente cundió frente a un escenario de desabastecimiento de alimentos básicos para la población, provocado artificialmente por el dueño de las mercaderías. El “pan nuestro” de cada día que rezan los cristianos, dejó de ser “pan nuestro” cuando el dueño del almacén grande (los supermercados), decidió no abrir las puertas de su establecimiento y el pan se convirtió en pan ajeno. Los alimentos se encontraban cautivos, secuestrados en el supermercado y almacenes de abarrotes que especulaban con precios exorbitantes, frente a la necesidad de la comunidad.
El hambre y el desamparo hizo algo “inapropiado” que muchos reprocharon y que vimos en algún momento en el noticiario de la televisión en Haití, pero jamás pensamos que esa situación se vería reflejada en Chile, el saqueo realizado por la gente. Multitudes agolpadas frente a los supermercados, con una angustia desesperante que se apoderaba de las madres y padres de familia, quienes se convirtieron en saqueadores… ¿pero quiénes saqueaban?
No eran delincuentes comunes, como quería hacernos creer la televisión a través del periodista Amaro Gomez Pablo en las calles de Concepción, quién manipulaba la información a su antojo, en defensa de los poderosos y dueños de supermercados.
No eran delincuentes, era gente común y corriente, trabajadores, pobladores, muchos de ellos profesionales, hasta bomberos se encontraban entre los saqueadores. Todos tenían hambre, mientras que el dueño del almacén grande reclamó el sagrado derecho a la propiedad privada, y solicitó la intervención de la policía y de los militares para defender sus intereses mezquinos, exigiendo a la vez el restablecimiento del Estado, con militares en las calles.
El pan nuestro se volvió pan ajeno, y el comerciante nuevamente se negó a venderlo… la gente desafió a la policía y a los militares, y así, el terremoto del 27 de Febrero, se transformó en un Terremoto Social. El gobierno saliente derrotado en las urnas, fue sobrepasado por los hechos y por la propia gente.
Todo el mundo después del terremoto contaba sus peripecias, los más veteranos recordaban los terremotos anteriores, sobre todo, el del año 1985…En donde también se produjeron saqueos, a pesar de que estábamos bajo una sangrienta dictadura militar.
Pero nadie menciona el terremoto de 1971, la explicación es clara, quien gobernaba en ese entonces era Salvador Allende. El presidente que la derecha demonizó y que en todos estos años la Concertación prefirió acallar su pensamiento y su acción heroica.
Nadie quería recordar y reconocer que en el terremoto de 1971 no se produjeron saqueos y Salvador Allende no controló a la gente sacando a los militares a las calle. Las calles de aquel entonces contaban con una ciudadanía organizada en Juntas de Vecinos, en Juntas de Abastecimientos y Precios (JAP), Sindicatos y en expresiones vivas de la sociedad. La comunidad en aquel entonces estaba organizada y defendía el pan nuestro de los usureros, especuladores y comerciantes inescrupulosos que sólo pensaban en sus intereses mezquinos y creaban un desabastecimiento artificial, donde se llenaban las manos de plata a través del mercado negro.
Las JAP y el Abastecimiento Directo sacaban la cara por Chile, defendían el “pan nuestro” de todos los chilenos, los trabajadores organizados derrotaban el paro patronal de Octubre de 1972 y tomaban el control de las industrias a través de Cordones Industriales, llegando a controlar el 22 % del parque industrial del país. Por otro lado, los campesinos de la Reforma Agraria, transformaban los latifundios y se organizaban en Concejos Comunales Campesinos, que abastecían de alimentos básicos a los pobladores, a través del Abastecimiento Directo, desde el almacén del pueblo.
En 1972 funcionaban a lo largo de Chile más 3.000 JAP, más de 300.000 mil familias eran beneficiadas por el Abastecimiento Directo. La participación de la ciudadanía crecía cada día más, constituyéndose y construyendo expresiones de Poder Popular. El gobierno de Salvador Allende crecía en respaldo llegando a casi el 44 % del electorado en Marzo de 1973.
Los intereses de la burguesía chilena estaban heridos de muerte, de esta manera, la derecha y la Democracia Cristiana respaldados por el imperialismo yanky organizaron el derrocamiento de Salvador Allende, hecho que consumaron las Fuerzas armadas el 11 de septiembre de 1973.
Luego de largos 17 años de una cruel dictadura, se comenzó a construir subterráneamente la organización del pueblo por la base. La organización crecía, y en 1988 a través de un plebiscito, logra derrotar la dictadura.
Veinte años después, el pueblo vuelve a un nivel de organización cero, la ciudadanía hoy no tiene poder. Veinte años de democracia pactada con la derecha, nos han llevado al nivel de organización social más bajo que registra la historia del siglo XX y el primer decenio del siglo XXI.
Volviendo a la realidad presente, preguntamos ¿Qué pasó con nuestro pueblo que quedó al desamparo el 27 de Febrero? ¿Por qué la ciudadanía hoy no puede defender el pan nuestro cautivo en manos del dueño del “almacén grande”? ¿Qué pasó con nuestra democracia? ¿Qué hicieron los dirigentes de la Concertación que desarticularon al pueblo? Hoy, la comunidad, está al margen del poder de decisión y de participación ciudadana; hoy, menos del 9 % de los trabajadores está sindicalizado; las Juntas de Vecinos no tienen ningún poder de decisión local en las comunas; hoy, no existen organismos de pobladores que defiendan el pan nuestro.
Nuestra reflexión no es melancólica, tampoco queremos hacer un museo de la memoria. Simplemente queremos poner en el conocimiento de la nuevas generaciones de luchadores chilenos y chilenas, nuestro pasado sin ninguna vergüenza ni temor ante la derecha que hoy gobierna.
Somos orgullosos de nuestro pasado, de nuestros abuelos obreros y campesinos, de nuestras madres y padres pobladores y estudiantes que nos legaron un pasado de lucha, que escribieron con su sangre uno de los episodios más hermosos de la lucha por el socialismo en América Latina, y que hoy los gobiernos de Evo Morales, Rafael Correa, José Mújica, Hugo Chávez, Daniel Ortega, Fernando Lugo levantan con orgullo las banderas de lucha y transitan por la senda que señaló el “compañero” Presidente, Salvador Allende.
La experiencia de poder popular en la base del pueblo, se manifestó a través de los Concejos Comunales Campesinos, las JAP, el Abastecimiento Directo y los Cordones Industriales, todos ellos representaban a los obreros... A todos ellos le dedicamos nuestro trabajo.
LAS JAP Y EL ABASTECIMIENTO DIRECTO EDICIÓN MAYO 2010
60 MINUTOS DE DURACION
A los interesados comunicarse al correo: lasjap40@yahoo.es
PEPE BURGOS
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